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Pocas luces pero más caras


Francisco J. Gordo.

Alternativa Republicana.

Publicado originalmente en Águilas Noticias.


El planeta entero tiene fecha de caducidad. La pandemia no es nuestro mayor mal. Las condiciones socioeconómicas que nos han hecho cerrar la persiana de los comercios, han sido debido a las políticas empleadas, no todo se puede achacar a un virus. No todo vale.


De la misma forma que hoy en día están utilizando esa fecha de caducidad terrestre para llevar a cabo una serie de medidas que prometen un mayor perjuicio hacia la ciudadanía, bajo la excusa de luchar contra el cambio climático.


Las nuevas medidas, las tildan de medidas “verdes” para que pensemos que se trata de una lucha incansable contra la deforestación y un impulso de las energías renovables; pero no es así. Si así fuese, no habría problema ni oposición de nadie. El problema viene cuando da la sensación de que son medidas “verdes” en referencia a los billetes que van a expoliar a la ciudadanía.


El propio Ministro de Consumo decía en el 2017 desde la oposición: “La oligarquía nos mete la mano en el bolsillo y el gobierno no actúa. ¡Hay que nacionalizar!”, decía un tal Alberto Garzón cuando era un estómago agradecido de su propio movimiento ideológico, no como ahora…


Las medidas que sobrevuelan nuestro país, y serán las protagonistas los siguientes años para frenar el calentamiento climático, son el nuevo carro al que ya se han subido muchos partidos de izquierdas. Porque pretenden darnos esa imagen buenista de querer salvar el mundo para así justificar las subidas de impuestos y las bajadas de las pensiones. Al estar ese pescado vendido, la derecha debe escoger lo que queda; esto es, justo la opción contraria: defender el libremercado donde la empresa pueda contaminar libremente y así garantizar sus beneficios opacos, que los impuestos ya se los sacará de la gente sencilla y bajando las pensiones.


Aquí hay que matizar una cuestión muy sencilla: hoy en día no hay diferencia entre la gobernanza de la izquierda y la derecha. El juego que se traen, para hacernos creer que son distintos, les ha salido tan bien que no han dejado de hacerlo.


En la práctica, por más que el planeta esté abocado a la destrucción fruto de una sobreexplotación de sus recursos naturales y una masificación de las urbes, los gobiernos de un lado y de otro se echarán las culpas unos a otros para justificar una serie de medidas para que tú seas siempre el que lo paga todo.


En este ganado del que formamos parte, unos y otros se ponen la chaqueta que sea necesaria para que les compremos el discurso. Desde el alcalducho de tu pueblo que prometió y prometió cuestiones como bajar el precio de la luz (por lo visto no dispone de esa capacidad), hasta el presidente que te asegura un porvenir gracias a que va a “intentar promover energías más limpias gracias a un proyecto que llevarán a la unión europea”…pues cuando suena la flauta, aunque nadie se lo espere; ahí están. Luego que nadie se sorprenda si no cumplen lo que no pueden cumplir.


Porque como dice mi tocayo Quevedo: “Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir.”


Todas las medidas lanzadas recientemente por gobierno más progresista de la historia están encaminadas a que el que no tiene dinero, tenga menos dinero. Mano dura con la gente humilde que parchea su coche veinteañero, y beneficios fiscales al que se pueda comprar un coche eléctrico. Porque es más ecofriendly, como el PSOE, la izquierda chachi.


Igualdad entre hombres y mujeres, por lo que en lugar de fomentar el empleo en personas de más de cincuenta años (que son las que realmente han vivido verdaderas conductas machistas por parte de la sociedad), lo que hacen es eliminar las deducciones fiscales a los matrimonios convivientes y que salen adelante conjuntamente indistintamente de quién trabaje en mayor o en menor medida; ya que ahora no podrán hacer conjunta su declaración de la renta.


Lo cual es contradictorio, ya que si no se va a la raíz del problema (la inserción al mercado laboral de los no cotizantes), de nada sirve taparse los ojos ante un desajuste económico en una pareja que no tiene dos cotizantes. Pero el beneficio fiscal ya está fuera, para que Unidas Podemos siga con su lucha contra el patriarcado. Sableando fiscalmente a ambos de manera individual, ya no hay diferencia de género. Otra batalla ganada, gracias.





Finalmente, vemos cómo el apogeo de las medidas en aras de convertirnos en esa gran potencia mundial llena de promesas de futuro, viene con la subida de la luz por tramos horarios.


Pase lo que pase, la factura de la luz sube igualmente, pero ahora la responsabilidad es toda tuya. El gobierno te facilita que puedas hacer malabarismos para que no sea tan cara la factura, lo cual es de agradecer. El gobierno te protege.


De nuevo, las medidas que tengan que ver con las compañías eléctricas, sólo se pueden solventar si en tu cuenta del banco hay unos cuantos miles de euros de sobra para instalar unos paneles solares en el tejado, lo cual no está al alcance de cualquiera. Pero así demuestran para quién gobiernan. La Agenda 2030 no se va a cumplir sola. La promesa de que todos dispondremos de paneles solares para entonces es una promesa bien formulada, ya que lo vamos a pagar cada uno de nuestro bolsillo; los que para ese año dispongan de coche eléctrico, teletrabajo, casa domótica y el panel fotovoltaico que te va a tocar pagar a plazos.


Pase lo que pase, la factura de la luz sube igualmente, pero ahora la responsabilidad es toda tuya. El gobierno te facilita que puedas hacer malabarismos para que no sea tan cara la factura, lo cual es de agradecer. El gobierno te protege.

El que seamos el país con más horas de luz de Europa y con la luz más cara no es casualidad. Deberíamos ser el principal exportador de energía limpia y renovable de Europa, pero hemos elegido ser el país que le sirve las cañas y los cafés a Alemania y Francia, los verdaderos mandatarios de una democracia al servicio del capital.


La nueva sociedad que se cierne sobre nosotros, empezó a cambiar nuestro modus vivendi hace ya dos años con la excusa de la pandemia, pero todavía tiene mucho en el regazo para sorprendernos.


Mientras tanto, en nuestro individualismo del “yo” y nada para el “nosotros”, recuerdo una cita de Marco Aurelio que dice: “También puedes cometer injusticias al no hacer nada.”


Por más que nos quedemos en silencio y sin protestar sólo por no entrar en conflictos ni crear problemas entre el desgobierno de unos y las penurias de los otros, al final sólo obtendremos el sufrimiento de verlo y la eclosión final de todos estos desencadenantes. Antes o después.


“El que tolera el desorden para evitar la guerra, tiene primero el desorden y después la guerra.” (Maquiavelo)

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