Federalismo iberista

Está a punto de cumplirse un año de la publicación de Hacia la República Federal Ibérica de Ian Gibson en la que expone su deseo-sueño de una Península Ibérica Federal unida políticamente en una REPÚBLICA que agrupe a todos los pueblos ibéricos.
Ian Gibson aboga en este libro por «la epifanía de una floreciente República Federal Ibérica, cuya misión sea superar las tentaciones independentistas, potenciar todas las lenguas, culturas e idiosincrasias peninsulares, y forjar una relación cada vez más intensa y fructífera con Iberoamérica y Europa».
Ian Gibson considera que la República Federal Ibérica no es «un sueño irrealizable».
Y este es precisamente también el sueño político que defendemos desde Alternativa Republicana para la Península Ibérica. UNA REPÚBLICA FEDERAL IBÉRICA.
“No dejaríamos de hablar portugués, no dejaríamos de escribir en nuestra lengua y ciertamente, con diez millones de habitantes lo tendríamos todo por ganar en desarrollo en este tipo de aproximación e integración territorial, administrativa y estructural. […] No pasaríamos a ser gobernados por españoles, habría representantes de los partidos de ambos países, que tendrían representación en un parlamento único con todas las fuerzas políticas de Iberia, y tal como ahora los territorios tienen su parlamento propio, nosotros también lo tendríamos” José Saramago, escritor y Nobel de literatura portugués, en una entrevista a Diario de Noticias.
En Alternativa Republicana propugnamos que el federalismo ha de tener vocación iberista, para que una República Federal en España fuese capaz de estrechar las relaciones con la vecina Portugal a todos los niveles, de tal forma que se pueda construir un marco institucional equilibrado y cohesionado entre las partes federadas, que consolide la República tanto en lo político como en lo económico, que colme las aspiraciones de todos los territorios y sea un baluarte de la rica pluralidad de culturas del estado.
Entroncando con las que han sido históricamente unas amplias relaciones culturales, sociales, económicas y políticas, pese a las décadas en las que ambos países han vivido de espaldas el uno al otro, es factible considerar que el estrechamiento de los vínculos existentes será positivo para desarrollar no ya las áreas fronterizas entre los dos estados sino al conjunto de los mismos, al favorecer y facilitar la creación de estrategias conjuntas entre dos estados que tienen que afrontar retos que suelen ser complementarios o directamente idénticos.
Nos consideramos continuadores, como federalistas y republicanos, de la tradición iberista que parte de la intelectualidad de izquierda de ambos lados de la frontera ha compartido desde una visión u otra, como Miguel Torga, Teófilo Braga, Fernando Pessoa o José Saramago del lado portugués y Pi i Margall, Sinibaldo de Mas, Castelao o Sixto Cámara del lado español, que entendían el producto de la unión de los estados peninsulares contará con más capacidades de afrontar su futuro que la suma de las partes.
El término iberista en absoluto tiene un solo ápice de imperialismo ni de voluntad anexionadora, pues el respeto a la soberanía de los portugueses, su identidad y su cultura es completo y como republicanos no proponemos ni aceptaríamos nada que fuese impuesto, sino libremente aceptado por el pueblo portugués, que es a quien corresponde la capacidad democrática de decidir si quiere formar parte de una unión ibérica.
Nuestro documento político páginas 30-31. Propuesta de Republica Federal Ibérica.
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